¿Qué es un matrimonio agresivo?
Un matrimonio agresivo es aquel que no se relaciona con respeto sino con injerencias y agresiones físicas o psicológicas.
En definitiva, el matrimonio agresivo es aquel que no es pacífico y por tanto que no se asienta en pautas armónicas y equilibradas.
Vamos a tratar de ello para aclarar cuestiones que realmente todos sabemos, pero que en ocasiones no vemos o incluso no queremos ver. No es cuestión de justificar o de pensar que la agresividad es «pequeña» o que se produce «poco».
La agresividad, violencia e intimidación nunca está justificada, menos aún en las relaciones familiares y sentimentales.
¿Cómo saber si mi matrimonio es agresivo?
Objetivamente las personas solemos estar de acuerdo y ver claramente en los demás comportamientos agresivos, pero en cambio en ocasiones no somos capaces de verlo en nuestras propias relaciones.
A veces lo que pasa es que normalizamos conductas y comportamientos que no deberíamos tolerar pues pierden las formas y la consideración con la que se debe de tratar a cualquier persona.
En ocasiones incluso podemos tener un matrimonio agresivo bilateral y recíproco.
¿Qué quiere decir esto? Que ambos miembros de la pareja arremeten de manera inadecuada y violenta contra el otro.
No es sano, no es justo y no deberías permitirlo ni en tu pareja ni en ti mismo o misma por amor propio.
En ocasiones la relación se degrada tanto que ambos esposos se pierden el respeto pensando que está justificado alzar la voy y chillar, decir palabras despreciativas o incluso llegar a la agresividad física, pero nunca lo está.
- Da igual quien empezó.
- No importa quien ha hecho la actitud agresiva más grave.
- Tampoco importa quien repite más conductas agresivas.
Hay que tener intolerancia a la violencia y a la agresividad.
En los casos de matrimonio agresivo, de no ser posible suprimir esta agresividad, la mejor opción puede ser (hay que analizar caso por caso) el divorcio a tiempo de que lleguen o se repitan situaciones límite.
Detectar pareja agresiva:
Con independencia de que estemos casados, o no, es importante tratar de ser consciente de si tenemos una pareja agresiva y también si nosotros propiciamos o protagonizamos comportamientos agresivos, provocadores o violentos.
Cualquier comportamiento de nuestra pareja que nos condicione mediante coacción o intimidación puede ser violencia o agresividad.
Tenemos libertad para hacer aquello que podemos y dejar de hacer aquello que no queremos.
Por tanto, si nuestra pareja nos condiciona de manera incómoda y sin respeto utilizando la violencia o intimidación estaremos ante una relación de pareja agresiva.
No hay secretos, cada uno puede elegir qué quiere aguantar, pero evidentemente no debemos de mantener una relación violenta y cuanto antes finalice mejor.
Es algo fácil de decir pero muy complicado de hacer en ocasiones, por eso, si necesitas apoyo, puedes contar con nuestro despacho y con las asociaciones, agrupaciones e instituciones y administraciones de apoyo a la violencia.
No es cuestión de sexo masculino o femenino, no es que sea cosa de hombres o mujeres agresivos, la violencia no tiene sexo.