El pulso de la separación con mi ex:
Algunas veces mas que un pulso la negociación del divorcio se enfoca como una verdadera batalla sin cuartel. Es muy importante saber separar lo personal (la intimidad de cada relación sentimental) de lo legal (sólo es cuestión de resolver los vínculos jurídicos) sin mezclar ambas cuestiones, pues es cuando se producen los conflictos y desavenencias.
¿Quien gana o pierde?.

No es nada fácil, y por ello cuando no es un caso sencillo, por el motivo que corresponda, entran en juego los mediadores, ya sean no profesionales (personas del entorno de los cónyuges, familiares, amigos… etc) o profesionales (abogados especializados en derecho de familia) para poner “un poco de cordura” y paz en la disputa, que en ocasiones sólo son un cúmulo de pequeños malos entendidos no resueltos. Mediante la mediación en ocasiones no sólo es que se llegue a un acuerdo, sino que en ocasiones se puede llegar a una reconciliación, a una segunda oportunidad una vez se han resuelto los obstáculos que impedían el correcto desarrollo relacional de la familia.
En muchos casos los cónyuges se “miden” en sus respectivas pretensiones para ver si la otra parte cede, llegando a indicar que tienen abogado sin que sea verdad, que tienen la demanda presentada sin que sea verdad, que tienen el juicio ganado sin que realmente sea algo cierto… etc. Por ello, en muchos casos se pierde el juicio (la cabeza, el raciocinio) en el sin fin de enfrentamientos y el sufrimiento que crea en ambos esposos la idea de tener que resolver su situación en juicio.
¿Merece la pena?.
No tiene sentido, no merece la pena, realmente estas situaciones se protagonizan por personas que no han sido capaces de aceptar la ruptura y superarlo, lo que no es fácil, pero a pesar de tener reproches y sentimientos negativos, estos no favorecerán en absoluto la mediación y negociación del divorcio. Es agotador echar un pulso a nuestro ex en el divorcio o la separación para ver quien tiene razón de algo que ya no tiene sentido, se destina una energía destructiva que suele perjudicar a ambos esposos, y que supone un lastre de cara al comienzo de la nueva vida post matrimonial.
